Hola a todos.
Llegando ya al final de mi
estancia en Reino Unido, he podido comprobar la diferencias de vivir en un país
diferente al tuyo, con unas costumbres, climas y cultura, tanto futbolísticas
como sociales diferentes. Aunque la adaptación ha sido buena, y me he
aclimatado fácilmente al estilo de vida inglés, con algunas excepciones, me
gustaría hablaros de varias cosas que me han sorprendido.
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Idioma. Como es lógico, vivir en un país donde
el idioma es diferente al materno, siempre genera dificultades. A pesar de no
tener un nivel de inglés muy alto, para la vida cotidiana era suficiente. Si es
verdad que a nivel profesional si cuesta un poco más, sobre todo al principio.
Pero poco a poco, “ se te hace el oído”, y entiendes más en conversaciones y
sabes expresarte mejor. Lo importante para ello es intentar conversar lo máximo
posible, sin miedo a equivocarte, la soltura te la da el tiempo. Aunque tres
meses no demasiados, creo que mi nivel de inglés ha mejorado.
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Horarios. Una de las cosas que más me han
sorprendido, pues vine con la idea de que no sería fácil adaptarse al horario
inglés. Lejos de ello no ha habido grandes diferencias, simplemente todo se
adelanta unas horas respecto al horario español.
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Comidas. Otros de los retos a los que creía que
me enfrentaría, es la comida. Realmente, al realizar desayuno, cena y la
mayoría de los almuerzos en casa, no me ha supuesto un cambio muy brusco. La
mayor diferencia la he notado en la cena, que si es verdad que aquí se realiza
una cena mucho más contundente, y sin embargo el almuerzo es mucho más ligero.
Eso sí, al vivir con un vegetariano, la comida era bastante sana, cosa que en
otros casos conocidos no es tanto, por lo que he evitado una comida que no
fuera sana.
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Clima. Lógicamente, el clima en Reino Unido es
muy diferente al de España, y más aún si cabe al de Andalucía. Esperaba un
tiempo muy lluvioso y frío, pero las primeras semanas acompaño un tiempo
sorprendentemente bueno hasta para ellos. Si es verdad, que un tiempo
“agradable” para ellos, no corresponde a la misma idea que nosotros tenemos. No
obstante, no deja de ser raro estar con guantes en Mayo, y no ver el sol en
varios días. En esto no creo que haya discusión ninguna, ganamos por goleada.
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Dinero. Como ya sabréis, la moneda que se usa en
Inglaterra es la libra esterlina. Para adaptarme a ello, me hice un presupuesto
de lo que me podía gastar semanalmente en libras, por lo que me fue más fácil
llevar los gastos. Aunque hiciera eso, siempre acababa realizando una
conversión mental, para saber si lo que estaba comprando realmente era caro o
no. No obstante, esto no fue el principal problema. Lo más complicado, aunque
algo sin importancia, fue adaptarme a las monedas. Con el Euro, las monedas
tienen un tamaño de mayor a menor relativamente. Aquí las monedas cambian
bastante, y era un espectáculo, aunque divertido, verme intentar saber que
monedas debía de dar y que monedas tenía en el monedero. Respecto al coste de
la vida, si que es más caro que en España, pero no algo desorbitado para la
vida cotidiana. Sin contar con alojamiento, que eso si es bastante más caro que
en España.
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Conducción. Por último, una de las cosas a las
que no me he adaptado como debería, aunque en mi defensa he de decir que no me
he atrevido ni a montar en bici. Eso de conducir por la izquierda no va
conmigo. La primera vez que te montas en un coche, impresiona ver a todos los
coches al revés de cómo estás acostumbrado. Yo, como “método de supervivencia”,
decidí mirar siempre a los dos lados en cada carril, porque nunca me acordaba
por donde venían los coches. Por ahora no me ha atropellado nadie, así que
funciona. Eso sin contar de alguna ocasión, que me intentaba montar por el lado
derecho del coche, que aquí es el del conductor. Menos mal que mis compañeros,
se daban cuenta de que era simplemente costumbre.
Esto es todo respecto a las
diferencias en la vida cotidiana. Otro día me centraré en las diferencias
profesionales.
Un saludo a todos.